viernes, 24 de septiembre de 2010

El revés de las lágrimas...


¡Mejor así! No puedo hablar ni pensar cuando lo veo. ¡Qué debilidad extraña, que blandura en los huesos, como un líquido hirviente me corre bajo la piel, quiero hablarle, tocarlo, confrontarlo, pedirle, preguntar, preguntar, preguntar, escuchar hasta extenuarme, prometerle, protegerlo, decirle que nunca más estaré lejos.

No es la pasión baja ni vil, no es desenfreno, esto es prístino, transparente, verlo respirar el aire picante en las mañanas de invierno, es el fogón, la infancia.. ¡ Qué largas son las horas del deseo !

lunes, 13 de septiembre de 2010

...

Aunque ignoro tu presencia debido a la lejanía
presiento en tu ontología similitud con mi escencia.
Por coincidencia extraña compañero eres del dolor
que ese que llaman amor produce en nuestras entrañas.
Sugura estoy de no errar cuando creo, que este sufrimiento,
la tristeza que ahora yo siento también ha estado en tu caminar.
Colega soy de las palabras con quien podrpia decir
que el cariño puede existir, sin importar las distancias.