En esta noche de verano muerto, aparece el bosque otoñal en el que veo mi alma, llora, hay lágrimas y puedo empezar a sentirlas nuevamente.Licor en mis labios…Esperanza en mis pupilas…Lobos hambrientos que exigen alimento, demonios infernales entonan la canción que trata de soledad y tristeza…adiós y dolor. Tirada en el suelo, absorbida por la tierra, ya solo queda la luna ¡Traidor astro infame! Tu luz ya no me ilumina hoy.Pero aún te busco a ti, ángel amado, que alguna vez al cielo me llevaste con tus blancas alas, sin manchas de sangre, ahora mis heridas las adornan, pero ya es tarde, solo deseo volver a verte y hacer que toques a mi dolor. Acompáñame, para que mi rostro tenga la sonrisa, la que tú una vez amaste y enseguida la convertiste en cenizas.
